viernes, 7 de septiembre de 2012

8) Episodio 7. Nicolás contra los terceros, o de cuando se adelantó el final de la obra.




Episodio 7. Nicolás contra los terceros, o de cuando se adelantó el final de la obra.
Veo que, tras derrotarme a mí mismo uniendo el relato con Plasticola®, he quedado demasiado distanciado del Nicolás-Protagonista de mi obra tanto como del Nicolás-Alter-Ego de mi obra. Me siento, un tercero, un Narrador de mi propia obra, en esta naciente República de Palermo de la cual no sé si quiero ser ciudadano en estos momentos.
Pero volviendo al asunto de narrar la propia obra, considero que eso está bien porque mi religión es el Narcisismo: el amor a uno mismo debe ser mayor que el amor al prójimo, que el amor hacia terceros. Por eso es que al sentirme un tercero, siento además que -como todos somos terceros en alguna medida- necesito un seguro contra terceros; aunque sea sólo para quedar al margen de la responsabilidad de indemnizar a otras personas en caso de accidente. Pero, ¿Qué accidente podría ocurrir si lo único que estoy intentando es ser el rompecabezador que reconstruya fragmentos y re-encuentre a la protagonista perdida?
No debemos olvidarlo: estoy buscando a Tsunami-Chic! Esa que desde la primera (novela) es la segunda (porque primero estoy yo, autor). Entonces, si pido el seguro contra terceros y no tengo que indemnizar a nadie puedo empezar a romper cosas. Exacto. Es así. Y voy a romper todo.

¿Qué puedo romper en éste momento?
Puedo romper el hielo contando algún chiste, pero eso no me interesa ahora;
Puedo romper bienes materiales, pero ya hice mucho de eso en mi adolescencia;
Puedo… romper la espera, y adelantar el final de esta novela o nivola. Voy a hacer eso. Contaré el final, a pesar de que desprecio a Nicolás. Cuento que lo que él escribió como final es que la protagonista se había ido de putas y por eso no la encontraba. ¿Una mujer que se fue de putas? ¿Ese es el final? Así es, estamos en el Siglo XXI y las mujeres también se van de putas. Pero, ahora que adelanté el final, ¿Cómo hacemos con el lector para que siga habiendo necesidad de seguir el relato si ya no hay ningún elemento último que justifique este secuencial proceso de suspenso mediante el cual jugamos cada uno nuestros roles: yo del que cuenta, y Ud. lector del que escucha?
Ya lo sé: recurriendo al alcance metafísico último de las escrituras borgianas de éste, nuestro universo paralelo. Vamos a introducir el artilugio del descubrimiento, por parte de la protagonista, de la circularidad del tiempo.